miércoles, 22 de febrero de 2012

Escribo por escribir.

Hay veces que hablo por hablar, lloro por llorar, o río, salto, hago el loco, "canto", me enfado, todo, hacerlo por hacer. Pero sé que me movió algún impulso, algún motor escondido.
Prefiero lo sencillo, lo pequeño, lo simple, lo más diminuto, lo humilde, lo único, lo noble, lo irrepetible, lo inimaginable, lo... lo que me haga sentir especial.
Busco puestas de sol, pero también amaneceres. Busco segundos sin desperdiciar, pero también prefiero desperdiciarlos con minutos de silencio. Busco mi vida, pero también nuestra vida. Busco miles de notas recordatorias, pero también olvidar cosas y volverlas a aprender. Busco sonrisas, pero también lágrimas. Busco, y no dejo de buscar. Buscar la creación de mis propias memorias, de mis propios recuerdos, de mi futura biografía.
Continuamente escribo por escribir, vivo, a golpes de corazón.

martes, 27 de septiembre de 2011

Hicimos amor.

Rápido. Demasiado rápido. Lento. Demasiado lento. Sigue, prosigue, no te detengas. Respira, suspira, inspira, oxígeno. Acércate, más, un poco más. Roza, rozo, rozamos, sentimos. Uno, dos, tres, muchos, infinitos besos. Caricias solas, pasajeras pero eternas.
Allí, aquí, allá, acá. Fue, fuimos, y vamos siendo. Tú y yo. Él y ella, simples perturbaciones. Dentro, muy dentro. Unión, comunicación, complementación, dos. Nos tenemos, nos amamos, nos odiamos. Corres y corro. Ve rápido, pero frena, cambia de ritmo, aguanta, perdura, dura. Hagámoslo eterno.
Calor, subió la temperatura. Nos movimos. Arriba y abajo. Respiraciones descompensadas. Éxtasis y sudor. Ahora sí, juntos, muy juntos. Con-penetración. No dos, sino uno. Tú apretas, yo araño. Todo vivido. Hicimos amor.
Explosión para una posterior calma. Grito para un posterior silencio. Separación.
Nos convertimos en rehenes, esclavos, pero dueños. Dominantes de esto que pronto se acabó. Nada igual, todo ido, en otro sitio. Lo único que seguía en el mismo lugar fue la cama. Lo demás, en el pasado.
Pasado amado. Amado, vos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

ALEJANDRA NAVARRO CUERDO

Y después de mes largo sin volver a escribir me paro frente al ordenador. Tan solo quedamos unos pocos, son las 17:43 del día 31 y ya he visto irse a varios de mis amigos, pero en unos minutos me tocara dar el adiós más difícil.

Poco a poco, ha pasado de ser la desconocida de la villa número 2, a conocida, a amiga, a imprescindible para mi. No es tan solo amiga para 15 días anuales, sino amiga para una vida eterna. Eterna pero corta. Corta en tiempo, pero no en momentos. Momentos compartidos, divididos, sentidos, vividos junto a ella. Ella, si ella. ¿Quién es?, mejor, ¿Quién no soy sin ella? ¿Sin ella? Nada. ¿Con ella? Todo. Un todo en letras mayúsculas.

Cada año más duro, más unidas, más. Vuelven las promesas de vernos. Vernos allí o aquí. De llamadas infinitas. Infinitas de verbos, sustantivos, adjetivos, amistad. Amistad, llamadas. De quemar el teléfono y nuestra oreja. Con segundos de silencios, pero cómplices. Con minutos de tan solo decir tonterías. Tonterías frente a horas de consejos, confesiones, madurez. Madurez que viaja como puede entre lo niñas que seguiremos siendo. Siendo felices como cualquier mocosa. Siendo nosotras. Nosotras, entre nosotras.

Uno, dos, tres, muchísimas horas sin ti. Sin ti se hacen difíciles, raras, apagadas en vida, vacías en felicidad. Felicidad resultado de la complementación de dos. Felicidad que supera distancias. Distancias físicas pero no sentimentales. Distancia odiada pero inevitable. Inevitable sería el no vernos al menos una vez al año antes de verano. Verano testigo de la amistad forjada con los segundos de unión.

Noches donde solo la luna sabe que pasó. Pasó, nació, surgió, una amistad. Las estrellas envidiosas de lo que observaban cada noche, más de una querría poder estar en la piel de ella o la mía. Sol director cinematográfico de nuestra vida común. Común las risas, sonrisas. Llantos, lágrimas. Locuras, corduras.

Y dentro de una rato, no se cuanto exactamente, me volveré a sentar frente al mar. Mar infinito como nosotras. Sentiré el roce de las olas por mi piel, como si intentasen calmarme, darme mimos ya que ella ahora no lo puede hacer. ¿La arena? Volverá a correr, juguetear, entre mis dedos. Se deslizará para caer formando una cortina frente a mi, para volver a su lugar de procedencia, el suelo. Todo sin poder ser compartido con ella. Ella allí, yo aquí. Kilómetros que nos separan. Separan a los no luchadores, pero a nosotras no nos vence, nos une aun más.  

Te gustó: ¿Distancia? no guardes ninguna. Acércate. ¿Distancia? Déjala para los temerosos. Ven, acércate. ¿Distancia? Guárdala. guárdala para alguien que no sea yo. ¿Distancia? Eso déjaselo ala gente común. Para nosotros que sea lo que no vamos a hacer. Que la distancia se convierta en acercamiento.

.¿Distancia? La distancia no significa nada…cuando alguien lo significa TODO.

TE QUIERO GORDA

jueves, 16 de junio de 2011

Distancia

¿Distancia? no guardes ninguna. Acércate, déjame sentir tu respiración a la par de la mía. Calla. Se lo que estas pensando. Esto es un locura, pero, que mas da!!. Vivamos el presente sin pensar en el más allá de esta bella locura. Déjate llevar como lo hicimos aquellas noches donde los besos eran cómplices. Cómplices de silencios y aventuras. Aventuras que vivimos solos, tú y yo. Yo más niña que tu. Tu más prudente que yo.
Sigue, no pares. No pares de hacerme feliz como un día lo hiciste. Hiciste de miradas, dulces versos de inexpresión.

¿Distancia? Déjala para los temerosos. Ven, acércate. Sintamos aquello que podemos sentir, rompe la coraza de tu corazón. Corazón sufridor de la inexperiencia. Inexperiencia adolescente vivida al compás del sol y su luna. Luna que iluminaba noches perdidas. Perdidas entre sabanas, besos, sabanas, besos, entre nosotros. Besos que nos enredaban haciendo nudos. Nudos que nos unían por unas horas hasta que nos volviésemos a separar. Separar por la aparición de ese Sol. Sol hermoso como todo en ti. Sol que quema, como un día lo hiciste tú, con quemaduras difíciles de curar. Curar fue mi objetivo. Punzadas en mi corazón provocadas por lo inesperado. Inesperado fue que las grandes promesas salidas de tu boca derramasen todo mi ser. Ser duro, resistente, pero no ante tu amor.

¿Distancia? Guárdala. Guárdala para alguien que no sea yo. No quiero que me cuentes a quien. Quiere que le cuentes a ese quien, quien era yo. Arriesgamos demasiado, pero nunca fue suficiente. Arriesgamos en un juego de azar, en el que la suerte no siempre iba de mi mano. Mano, tu mano. Nuestras manos. Las únicas cuerdas en esta relación. Relación demasiado aventurera, demasiado nuestra. Nuestras fueron las noches y los días. Nuestros fueron lo besos largos y los más cortos. Nuestras fueron las miradas presas en una red. Pensé que nuestro fue todo. Pero todo fue tuyo y mío, pero más de la vida. Vida que nos dirigía como lo hace un maestro titiritero. Tú y yo novatos, ella experta.

¿Distancia? Eso déjaselo a la gente común. Para nosotros que sea lo que no vamos a hacer. Que la distancia se convierta en acercamiento. Acercamiento que en muchas ocasiones fue demás. Fue demás, pero me encantaba. Me encantaba poder sentirte cerca. Poder tocarte. Tocarte hasta desgastarnos. Desgastarnos hablando horas y horas. Horas que fueron testigos de todo. Todo cuanto pudimos ser y fuimos. Todo cuanto quisimos hacer y no hicimos. Todo cuanto fue mal, y continuó a peor. Peor eran los días sin saber de ti, que los sabidos, y que eran de broncas. Broncas llenas de palabras no pensadas. No pensadas desde el corazón, pero tristemente, si desde la razón. Razón que todos la tuvieron y nosotros no creímos. No creímos en un futuro separados. Separados el uno del otro. Uno con su vida. El otro con otra vida. Vidas no comunes, no compartidas. Vidas con distancia.

martes, 14 de junio de 2011

ELLAS

¿De verdad pensabais que después de tanto tiempo sin escribir algo no iba a llegar el momento? ¿De verdad creíais que ante la posibilidad de que estos días sean los últimos de pasarlos junto a vosotras no os iba a escribir algo? ¿De verdad no imaginabais algo?
Pues chicas, ya era hora de que lo que os escribo o lo lea a la cara, así que, perdonarme si me atranco o tengo que hacer alguna pausa por una lagrima inesperada, perdonarme, pero quiero echarle valor y leerlo.

No se por donde empezar, no se si por lo políticamente correcto, o dejarlo de lado y empezar y escribir como me nazca del corazón. No se si prefiero empezar por los perdones, si por las gracias. Por los momentos vividos o por la despedida. Quizás la mejor opción sea empezar por la despedida, porque así, el mal trago del final, es al principio y me da tiempo a asimilarlo, elegiré tomar esta vía

¿Despedida? Os preguntareis, pues chicas si. Y me explico, no penséis que ya no quiero ser vuestra amiga, no, no, no, no, eso no!! Pero temo, tengo miedos, y lo llevo pensando desde hace mucho tiempo. Me lo callo por no rayar o rayarme mas, pero, el solo barajar la posibilidad de que algunas os cambies a la pública (cosa que a mi la nota no me va a dar), pues me hace pensar que el año que viene no os veré. No porque yo quiera, porque lo tengo claro, si pasa esto, creo que los pilares más fuertes que tengo hoy por hoy en mi vida se caerán, me quedare coja. Tal vez le ganemos un pulso a la distancia, al día a día. Siempre nos quedaran las noches tasqueras, las fiestas de desfase, pero chicas, me faltara algo. Me faltaran las carreras por los pasillos, el tirarnos agua, las charlas en clase y fuera de clase, las comidas y sus sobremesas. Podría continuar enumerando miles de situaciones, las cuales, me hacen evadirme de este mundo, de verlo y ver la vida de otra manera, con una sonrisa continua, sabiendo que día a día junto a vosotras se construye mi felicidad!!

Si, seguiría teniendo que pediros perdón por miles de situaciones en las que la cagué, por miles de locuras sin contar con vosotras, por cada momento de demasiada hiperactividad  o de pesadez extrema, por cada momento en el que me pase en esto o lo otro, perdón.

Bueno, creo que podría escribir miles de cosas más, miles de arrepentimientos, miles de perdones o lo sientos, pero ¿por qué no daros las gracias? Esa parte que no a mucha gente le gusta, pero  que creo que tengo que mencionarla, y ante todo, no pasarla por alto. Gracia por dejarme contar con vosotras en los peores momentos, que cuando necesite un gran abrazo o un sabio consejo vosotras vais a estar.. si!! gracias por las locuras que me hacen abstraerme, separarme del mundo real. Por las miles de desconexiones que sin saberlo vosotras, hacen que lo malo se convierta en bueno, que lo bueno se convierta en más bueno, y que todo, todo, todo, todo, sea más y mejor de lo que ya podría imaginar que fuese. Gracias por las lagrimas compartidas, cada una personal e individual, gracias por los bailes echados y por echar. Gracias por las borracheras y los grandes momentos sobrios, gracias por las asignaturas explicadas, por las notas de complicidad, por las risicas, por los viajes vividos y por vivir, sinceramente gracias.

Ya sabéis que una despedida en muchas ocasiones esta relacionado con una ADIÓS, pero esta vez es un, HASTA LEUGO. Aunque caminemos solas en la vida, en el camino del estudio, continuaremos o al menos, continuaré, con la esperanza de caminar cogidas de la mano, sabiendo que si caigo, alguien tirará de mi para que no roce el suelo, y si lo rozo, me ayudarán a curarme, a asimilar cada situación de la mejor manera, a aprender a vivir.

¿Por donde sigo ahora? ¿Por donde puedo encaminar esta situación?, dejarme pensar.
¿Os podéis imaginar las miles de veces que mis amistades antiguas han pasado a un segundo plano, porque ante un problema, de esos que puede escribir en mayúsculas, mis grandes soluciones las podía buscar y encontrar entre vosotras, entre esas personillas que me hacen ver la vidas de otro color? Pues si, os necesito.

Habéis tenido la capacidad de sacar lo mejor de mí, de saber apreciar aquello que muchos no supieron hacer, porque he aprendido a quererme un poco más. A darme cuenta de lo importante de esta vida, de que una aventura como es, no se puede vivir sin buenos exploradores junto a ti.

Con pocos meses, habéis empezado a construir una Ana distinta, con muchos mas valores, de esos que te hacen mejor persona. Cada una importante por una cosa o la otra, pero si no estáis todas, falla algo. Y para que engañarnos, espero continuar en este largo recorrido, con grandes compañeras de vida. Que cada alegría sea compartida, que cada llanto sea un acto común o no tan común, pero en el que la comprensión es parte de nosotras, espero, que en mi vida no exista la palabra, ERA, ese pasado que indica que ya no es un presente, de hecho, espero que hablar de vosotras, sea un presente para siempre.

La próxima vez, prometo escribir algo más breve, algo que siendo corto, que digo!! cortísimo, lo diga todo. Aunque, para que andarnos con rodeos, ya se lo que escribiría. Fácil, muy fácil, me limitaría a poner: VOSOTRAS.

OS QUIERO
PD: gracias a quien puedo leer esto por mi y le dió su encanto, gracias Guilla.
POSTPD: dicen que las grandes amigas son las que no siempre ves, pero sabes que siempre están ahí, y si nos tuviésemos que  separar, ya sabéis, siempre voy a estar ahí.



miércoles, 8 de junio de 2011

Tras la tempestad, siempre llega la calma...

El cielo soleado, azulón, vivo, se volvió opaco, grisáceo, muerto. Todo se llenó de niebla. Sopló el viento demasiado fuerte, desvió su velero cientos de millas. Lo zarandeó, lo dominó como nunca antes lo había hecho una tormenta. Llovía, tronaba, caían rayos sin cesar y las aguas cada vez se iban enfureciendo más. El cúmulo de cosas, de errores en la navegación, de la desviación en su camino, provocó una gran tempestad.

Nada fue como la niña esperaba que fuese. Tras las gran tormenta, el cielo parecía esperanzador, pero no sabia en que dirección continuar su camino, en que dirección poner las velas de su pequeño velero. Temía que el viento volviese a jugar contra su favor, que los dioses le volviesen a jugar una mala pasada y, esta vez quedase tocado el barco, con un difícil arreglo.

Se armó de valor como lo hizo al luchar contra la gran tempestad, puso “los píes sobre la tierra”, asimiló la realidad, analizó sus posibilidades y anotó los fallos cometidos anteriormente para no volver a tenerlos y verse metida de nuevo dentro de un fenómeno provocado por los dioses enfurecidos ante la imprudencia que ésta estaba teniendo en la vida.

Arregló todo lo que estaba por arreglar, preparándose para continuar la aventura de la vida, de su vida.

Guardándose en el bolsillo interior de su chaqueta la libreta con los fallos cometidos, tomó el timón, y puso el velero rumbó a un nuevo horizonte por descubrir.

Cada hora de navegación revisaba su preciado tesoro, esa libretilla, que le haría evitar nuevos o antiguos errores. Al ver que de momento no había cometido fallo alguno, se iluminaba una pequeña sonrisa en la cara de la niña. Sonrisa nueva y esperanzadora, que tras un borrón y cuenta nueva, esperaba una nueva aventura con el fin de tener millones de segundos de felicidad, pero a ser posible, acompañada de grandes navegantes.

Pronto llegarían los momentos de miedo. Momentos en los que se le cruzarían barcos, islotes, icebergs y algunas que otras pequeñas olas, que a parte de causarle pequeños mareos temía que le causase grandes desperfectos en su medio de transporte, y por qué no, en su corazón. Ante los barcos usaría su destreza con el timón, ante los islotes reduciría su velocidad y no solo los esquivaría sino que haría pequeñas paradas, ante los icebergs contemplaría su belleza pero sin dejarse engatusar y, ante esas pequeñas olas simplemente dejaría que su velero las rebasase sutilmente.

Y así iban pasando los días para la pequeña. Ante los momentos de soledad apuntaba en su diario de abordo, los miles de pensamientos que pasaban por su cabecita en los momentos de horas muertas y no tan muertas. Cada preocupación, cada ilusión por realizar algo, cada locura que deseaba cometer, pero ante todo, anotaba a aquellas personas que esperaba que tras pequeñas o grandes paradas, desconexiones o como quieran llamarlo, continuasen navegando más temprano o más tarde junto a ella. Que fuesen tripulantes del velero de su vida, aportando cada una de ellas, pequeñas, pero a la vez, inmensas dosis de sabiduría, necesarias para tan gran recorrido que quedaba por delante.

Poco a poco, con grandes y duros esfuerzos, consiguió poner su velero, viento en popa a toda vela!!

pd: "Tras la tempestad, siempre llega la calma." Borrón y cuenta nueva.

martes, 31 de mayo de 2011

Y ahora solo necesito una desconexión del mundo real...

Y ahora solo necesito una desconexión del mundo real. Relajarme, retroceder y analizarlo todo.

Quiero darme cuenta de cosas hechas mal, para intentar arreglarlas y luchar por conseguirlo. Pero quiero darme una oportunidad, pasar aunque sea un día sin comeduras de cabeza, sin esto o lo otro, sin rayadas.

Quiero darle la oportunidad a mi subconsciente de relajarse, de que comprenda que no esta haciendo nada mal, o que al menos, no lo hace aunque no lo aparente. Ahora toca hacérselo entender a los demás. Permítanme que le de unas vacaciones, lleva últimamente mucho trabajo encima, y antes de que se queme y desconecte para siempre, mejor que descanse, no?

Le dedicare unas pocas líneas a mi “Pepito grillo”. Querido, últimamente vas a tope, a velocidades desorbitadas, no paras de trabajar y trabajar, y los resultados obtenidos son satisfactorios, aunque me provocas muchas noches en vela o mal descansadas. Esto me enorgullece-da rabia(rabia, que en verdad significa que trabajas y es de agradecer), hace que te sepa valorar y que tome decisiones. Por el momento tus resultados han sido buenos, los esperados. También te diré, siéndote sincera, que a veces te pasas de querer tenerlo todo controlado o asegurarte que se te entiende. Lo primero, puede resultar pesado, demasiado meticuloso y perfeccionista, aunque lo segundo, esta bien aclararlo, no vaya a seeer… que no se nos pille bien lo hecho o por hacer. Ahora relájate y por favor, vuelve solo cuando de verdad sea necesario. No analices lo minúsculo porque en muchas ocasiones no lleva a ningún sitio. Por todo y más, gracias “Pepito”

Ya he terminado con él, ahora podría seguir hablando con algunos de mis grandes amigos individualmente; los impulsos, el corazón, la razón… pero es que de momento ellos tienen que seguir en  marcha, aunque también pueden bajar velocidades.

Los últimos días o semanas, han habido rayadas, algunas tontas u otras mas serias, pero todas habladas, y espero que entendidas. Si me equivoco en lo de entendidas, vuelvan a consultarme antes de que “Pepito” marche de vacaciones, aunque siempre las podré aclarar con el corazón y la razón.

Pero, ¿Qué entendemos por actuar con el corazón? y, ¿actuar con la razón?. Muchos diferencian corazón y razón, los separan, aunque si quieren que le diga lo que yo creo, no se pueden separar, son dos dimensiones que se complementan. Una le da la parte abstracta, otra la teórica. Aunque si tengo que elegir entre una dimensión sola, me quedaré con el corazón.

Actuar con el corazón implica hacer uso de los sentimientos, del amor, de la locura, de la felicidad, del mundo espiritual de cada persona. Es esta dimensión, la que nos hace personas más o menos frías, más o menos vividoras, más o menos locas. Es ésta, la que lleva nuestra vida por una montaña rusa de sentimientos, nos da la oportunidad de tocar el cielo con la punta de los dedos o pensar que la tierra nos va a tragar. Ante mucha gente, es esta parte la que nunca desaparece de la persona, es la que siempre estará allí donde estemos. Habrán oído hablar de aquellos que dicen que están “locos”, pues, si consideramos que la locura es actuar con el corazón dejando de lado la razón, se convertirá en muchas ocasiones, la salvadora de vidas, de sonrisas, de lágrimas, simplemente, de personas.

Actuar con la razón implica hacer uso de lo coherente, de los principios morales de cada persona, de la reflexión, de la parte madura. Pero, ¿si no actuamos con la razón no actuamos de forma madura? Pues no, también actuamos de forma madura desde el corazón aunque las probabilidades de que nos convirtamos en inmaduros aumentan exponencialmente. Si, ya se, se preguntaran que entiendo por madurez, pues aquí va:
-Ser maduro es empezar todos los días con una sonrisa, sabiendo que superaras las dificultades y todos los problemas que se te crucen por el camino.
-Ser maduro es luchar por los sueños que quieres alcanzar, porque dicen que con la constancia todo se puede conseguir, hasta lo mas inimaginable.
-Ser maduro es conocer como es la realidad pero también saber irse un poco a otro mundo para poder desconectar, sin dejar de lado lo real y aprender a luchar.
-Ser maduro no es solo conocer las dos opciones: bien y mal...sino hacer de un mal un bien. Saber que de los errores se aprende y se mejora. Buscar el equilibrio entre ese bien y ese mal.
-Ser maduro es hacer del doble de problemas la mitad de ellos, ganarles duras batallas sin cesar.


Entonces, yo prefiero ser madura, aprender a comerme el mundo, ya sea con grandes bocados o diminutos. Con algunos tropiezos o deslizando, pero con una lucha constante, sin mirar atrás, y si miras, un poco, que sea de reojo. Que te sirva para saber saltar los obstáculos que en algún momento entorpecieron en tu lucha por la búsqueda de la felicidad. Más vale millones de segundos felices, que años de felicidad. Más vale luchar que resignarse, más vale sonreír que llorar. Más vale ser maduro que la inmadurez sea tu nombre. Más vale que seas tú, antes que yo....



Tras este breve-extenso inciso sobre que entiendo que es la madurez prosigo con lo anterior. Si una persona solo actúa desde la razón, es verdad que la mayor parte de resultados a sus acciones serán satisfactorios, pero también es cierto que se convertirán en personas frías y poco humanas. Pero una ración de razón siempre viene bien.

Así que creo que queda claro, si tuviese que elegir entre una cosa o la otra, prefiero actuar con el corazón antes que con la razón. Aunque no hay nada como una buena simbiosis.

Y dirán, ¿todo este rollo para qué? Pues simplemente para que quede claro que cualquier acción se puede mal interpretar, es decir, desde fuera se puede ver una cosa, que desde dentro no es. Ante esta situación no duden en pararse a hablar con quién tengan que hablar, no duden en usar la dialéctica como medio para un buen entendimiento, si van callando, al final, todo se convertirá en cúmulos de sentimientos que perturban. Éstos en muchas ocasiones, podrían no existir. Podríamos evitar los rayadas mentales que quitan el sueño, traen mal humor y hacen sentirse mal, inferior... Crean inseguridades innecesarias, y no hay nada peor que vivir en un mundo lleno de éstas, créanme, se de lo que me hablo. No nos dejan mostrarnos y ser tal y como somos. No dejan que saquemos esos mundillos tan personales y valiosos que tenemos. No dejan relucir el diamante que cada uno hace de su vida.

Esto ya se me está alargando demasiado, y podría caer en el error de repetirme, liar las cosas más de lo que ya están o no llegar a expresarme de la manera que debería o querría, así que, aquí lo dejo. No duden en usar su “Pepito grillo” pero en su justa medida, dicen que los excesos, tanto por arriba como por abajo, nunca son buenos.